Sentimiento azul turquesa
¿Sabemos que sentimos?
Hacia un tiempo que no sabía de ella, la llevaba dentro de mí. Como un pájaro
que no puede volar pero si ver y sentir.
-¿te pasa algo? Soltó sorprendida.
-no sé cómo sentirme cuando no estas. Acostumbrada a tus llamadas, tu sonrisa,
a poder ver a través de tus ojos, otra realidad.
-no hay que verlo desde esa perspectiva - me aseguró- llevo un tiempo viviendo
en otro lugar, y allí entendí porque venimos cada uno de nosotros en este
mundo.
Sorprendida por sus palabras y dudando si formular una pregunta, cogí fuerza,
suspiré y dejé que mi voz hablara por mí.
-¿cuál era tu objetivo? ¿Quiero decir, espiritualmente sabes que viniste hacer en
la tierra?
-vine para dar una lección. ¿A quién? No lo sabía en ese entonces. Lo importante
es, enseñar tu mejor forma de vivir a los demás, dejando huella en sus almas,
pudiendo así vivir siempre de una forma u otra dentro de cada alma. Solo así
podréis valorar lo que yo no pude, decidir si vuestra vida era el mejor camino o
un pequeño engaño.
-creo que lo entiendo, ¿pero porque tuviste que irte así? Tu tenías ganas de vivir,
tu sabias vivir.
- mira a tu alrededor, ¿quién sigue aquí? Como antes he dicho todo el mundo
viene con un objetivo y se va cuando ha terminado su viaje espiritual.
-Aún quedaba trabajo conmigo Júlia, no quería que te fueses…
- gracias a como me fui, tu tuviste fuerzas para cambiar ciertos aspectos de tu
vida, que a día de hoy siguen floreciendo. Solo así podía surgir efecto. Ese era mi
destino, nadie anda solo, me uní a ti de otra forma, piensa que hay un hilo que te
une a los demás, pero tendrás que descubrirlos tu sola.
-¿puedo hacerte una última pregunta?
- por supuesto mejor amiga, por eso estoy aquí! Soltó con su mejor sonrisa.
-como supiste que yo era tu rió espiritual?
- eso tienes que saberlo por ti misma, está en algún lugar. Seguro que lo puedes
encontrar, dentro de ti.
Nos dimos el mejor abrazo que haya podido sentir en mi vida, tenía fuerza,
sentimiento, añoranza, pero sobretodo amor.
Se fue desvaneciendo al mismo ritmo que mis ojos se llenaban de lágrimas, y
pude oír:
Volveré.
El porqué de las cosas
Ahora tenía en mi conciencia algo que no me dejaba dormir tranquila. ¿Porque?
¿Cuál fue la conexión que nos mantuvo unidas siempre? Decíamos tener
telepatía, una especie de transmisión del pensamiento. Eso era verdad,
mentalmente siempre coincidimos.
De pronto me invadió una sensación de desasosiego.
Un alma, dos cuerpos. Una no sabía existir sin la otra, hasta que una perdió el
valor de ese significado y la otra tuvo que hacer algo al respecto. Ella no sabía
cómo saldría, pero ya había intentado hacerme entender lo que ocurría, que no
era un juego. Sabía que tenía que actuar, antes que fuera demasiado tarde.
No podíamos desaparecer las dos; una siempre había llevado una vida a todo
tren, mientras que la otra aún tenía que florecer. Mismos años, diferentes
visiones. Pudimos juntas valorar y aprender con las mismas herramientas, pero
no sabíamos quien tendría que acabar cediendo la vida, o si lo tendríamos que
hacer. De repente me entro una tristeza enorme.
Había sido tan egoísta que no había escuchado sus sentimientos; lo aparqué para
más adelante sin saber que tenía fecha de caducidad, mi media luna estaba
menguando y yo no hice nada para salvarla… quizás tenía que ser así, solo
podíamos ser una, ¿pero merecía yo el puesto físico? O era ella quien lo merecía,
puesto que lo dio todo por nosotras, por nuestra vida y la felicidad de nuestra
alma.
Siento que estás conmigo amiga, ¿pero aprendí de verdad todo lo que quisiste
enseñarme? ¿Tenías más cosas por descubrir?
Estaba agotada así que me fui a dormir.
Sueños efímeros
Como casi cada noche soñé con ella; siempre era un sueño diferente, pero había
algo que nunca cambiaba. Una escena iluminada en tono confeti, como su alma,
y encima del decorado:
Ella, con su mejor melena, riendo sin parar, su risa era espectacular, tanto, que
me levantaba llorando de alegría, de lo bonita que era. Era una sonrisa hermosa,
que supo hacer mella en mí y pudo dejarme ver otra visión del mundo.
Ella me enseñó que los esquemas están para romperlos, que nada ni nadie es
como imaginamos. Que más vale vivir al límite disfrutando cada momento que te
brinda la vida, porque así es como realmente la puedes vivir de verdad. Se regía
por su máxima espiritualidad, cosa que la llevaba a grandes éxitos, grandes
historias e inmejorables conversaciones. Con ella era imposible hablar de algo
triste sin acabar riéndote, esa era una habilidad que solo ella poseía. Y todos lo
sabíamos, y nos encantaba.
Era soñadora, extrovertida, nunca se fue su niña interior, ella sabía que eso era lo
que la hacía feliz. Y no quiso despertar de su niñez jamás. Le encantaba sentir,
amar, tener nuevas experiencias. Una de sus grandes pasiones era la música,
decía que podía conectar al máximo con ella misma, y se podía pasar horas
escuchando tema tras tema, y a cada cual le gustaba más.
Ella amaba la vida, la ama y la amará a través de nosotros, pues nos enseñó a
valorar la vida desde un rasgo más espiritual.
Siempre
Ella quería formar una familia, quería a los animales, y hoy sé que lo va hacer,
criaremos juntas nuestros hijos, ya que tendrán un tercio de su alma. Cuando
disfruto de un paisaje lo disfruto con ella, sé que está ahí conmigo compartiendo
ese momento tan mágico.
No puedo evitar ver en otras personas ciertos rasgos, actitudes, maneras de
hacer i hablar que me recuerdan a ti. Me gusta, me hacen sentir aún más cerca
de ti. Supongo que es porque te echo de menos y porque no quieres que jamás
me olvide de esas pequeñas cosas que hacían en ti una persona tan increíble.
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