Lole
Lole y yo nos conocimos en la calle. Ella estaba atada a una basura esperando que su dueño saliera de comprar en el super. Enseguida me fijé que estaba desnutrida, y tenia signos de haberse peleado con algún perro. Tenia las puntas de las orejas necrosadas y con las heridas abiertas y una ansiedad juntada con agresividad hacia otros perretes. Ella estaba muy cariñosa pero pendiente de la puerta, y de repente, salió el dueño. Me comentó que la regalaba y decidí encargarme de encontrar una buena familia. El dueño la dio a una familia sin consultarme porque no quería responsabilizarse de la perra ni pagar una adiestración. Finalmente conseguí que me contactara con la nueva familia y la tuvieron de acogida. Encontré una empresa que se dedica a hacer trayectos con perretes, y justamente subían a Madrid, lugar donde encontré a su familia. Un chico dedicado a los animales y un montón de hermanitos con los que jugar en una casa grande con terreno. Lole, te prometí que te daría los cuidados y la familia que te merecías. Gracias por todo tu amor vida.
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